Ahhh look at all the lonely people

Según la Real Academia de la Lengua Española (vigésima segunda edición), soledad se define como "carencia voluntaria o involuntaria de companía", o más apropiadamente "Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo."

Sabemos que la soledad es una temática muy recurrente en el mundo de las artes. Pensemos en Ana Frank, por ejemplo. He de suponer que la mayoría hemos escuchado de ella, ¿verdad?... Perfecto. En el primer capítulo, la niña nombra a su querido diario "Kitty", como si se tratara de un ente intangible pero vivo. Ana recurre a la imaginación para combatir una cruda.... adivinaron, soledad. Es este mismo sentimiento el que la llevaría a relatar uno por uno los sucesos que le acontecían durante arduos meses en el "Anexo". "Kitty", más que como un mejor amigo, sirvió en su momento como un consuelo, o mejor dicho 'terapia', para tratar un dolor más allá de lo que podemos imaginar. Ana escribe de todo, TODO, literalmente. Desde sus lejanas amistadas hasta su pseudo lesbianismo [si han leído el diario, saben a qué me refiero].

No obstante, algo bueno tendría que venir. La pequeña Ana Frank no se imaginaría que esas disparatadas se convertirían en un hito para la historia y la literatura, ¿o sí?

A lo que quiero llegar es que la soledad puede irradiar inspiración. Y la inspiración puede irradiar maravillas.

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Para este punto estarán conscientes de que soy una mccartnista sin verguenza y descarada... y sospecharán también que en cualquier momento esto se tornará en no más que otro tópico "enMcCartando" hasta las orejas. Les tengo noticias, no se equivocan :P

Ya cortemos con Ana Frank (la verdad es que nunca me cayó bien)... Y vayamos al grano. He notado en más de una ocasión que la música es una poderosa droga para aquellos que lidian con la soledad. Hasta me estoy acordando del tema que Franco de Vita cantó con Alejandro Fernández [Te veo venirrr, soledaaaad...].

Paul McCartney, al contrario de su actitud siempre optimista y esperanzada, y de su estereotipo "El Viejo Buen Macca”, siempre listo con una sonrisa y los pulgares alzados" (como inteligentemente apuntó la revista Q en su edición de junio de este año)... ha dejado tras de sí algunas de las más melancólicas y oscuras canciones en el ámbito del pop.

¡Sólo con pensar en la más versionada canción de todos los tiempos! "Yesterday", en sus primerísimos versos, nos expresa "Ayer, todos mis problemas parecían muy lejanos. Hoy parece que están aquí para quedarse...", arrancándonos un pedazo de alma desde los segundos iniciales.

Ahora, el himno universal a la soledad: Eleanor Rigby. Ni siquiera habría que escuchar el estribillo "Ahh, miren a toda la gente solitaria", para entender que el tema busca romperte el aliento. Para los curiosos: busquen el "Anthology 2 [Disc 1]" de la serie de Antologías de los Beatles, para ubicar la versión instrumental de Eleanor Rigby... y sólo así se traducirá lo que acabo de decir.

A la par de "Yesterday" y "Eleanor Rigby", puedo mencionar cientos de ejemplos más. "Dear Friend", "Riding to Vanity Fair" [UNA FAVORITA PERSONAL], "Lonely Road" (el título lo dice todo), y "Mr. Bellamy".

Mr. Bellamy es un monstruo. Yo no puedo oírla dos veces seguidas sin que me baje los anticuerpos del sistema. No sé que tiene esta canción en especial pero es intensamente... ¿reflexiva? No encuentro la palabra...

Pero vean coincidencias con que una se topa. No soy fan de Muse, pero sé que su principal compositor se llama Matthew Bellamy. Si pones un poco de atención en sus letras, encuentras la constante "depresión crónica" de por medio. No me sorprendería entonces que "Mr. Bellamy", la canción del demente que osa subirse a la cima de un edificio, tenga alguna relación con el cantante Mathew Bellamy.
Una suposición nada más.

Otra vez me desvié del punto. Las canciones poseen el poder de revelar hasta los sentimientos más profundos de sus progenitores. En este caso, descubrimos que Paul McCartney ha recurrido a la música como terapia (la analogía de Anna y su "Kitty"), y alzado estandartes para todos aquellos que alguna vez han experimentado la fría 'soledad'.